Los huertos
forestales complementan otros sistemas de uso de la tierra. Generalmente
se los encuentra en lugares donde la tenencia de la tierra es
relativamente segura
ECOticias.
Los huertos forestales en los cafetales de Candelaria Loxicha,
México, juegan un papel vital en apoyar los medios de vida de los
agricultores al proveerles de alimentos básicos e ingresos monetarios de
diferentes cultivos cuando los cafetales no rinden lo suficiente,
reporta un nuevo estudio.
“Los huertos forestales complementan otros sistemas de uso de la
tierra. Generalmente se los encuentra en lugares donde la tenencia de la
tierra es relativamente segura y la población local depende de ellos
para obtener tanto dinero en efectivo como productos para su
subsistencia”, explicó Arild Angelsen, Investigador Asociado Sénior del
Centro para la Investigación Forestal Internacional y coautor del
estudio The
emergence, persistence and current challenges of coffee forest gardens:
A case study from Candelaria Loxicha, Oaxaca, Mexico (Surgimiento,
persistencia y desafíos de los huertos forestales cafetaleros: Estudio
de caso de Candelaria Loxicha, Oaxaca, México).
A pesar de las condiciones de mercado y de políticas adversas, los
huertos forestales diversificados han logrado mantenerse durante los
últimos 10 a 15 años, y han ayudado a la seguridad alimentaria de las
familias en Candelaria Loxicha, México. Los huertos forestales
suministran el 64 por ciento de las especies suplementarias usadas por
la población local como frejoles, ají (chile) y tomates para consumo,
aunque las familias también pueden vender el principal cultivo comercial
para adquirir otros productos básicos como jabón o azúcar. Si bien el
uso de los recursos forestales ha preocupado a expertos en la Conferencia ‘Planeta bajo Presión’ llevada a cabo recientemente
debido los posibles efectos sobre la biodiversidad, la diversidad de
cultivos también puede ayudar a conservar la biodiversidad del bosque,
determinó el estudio.
Muchas familias en América Latina que producen cultivos comerciales
en sistemas de huertos forestales dependen de estos huertos para
satisfacer diferentes necesidades del hogar. También pueden usarlos para
poder salir a flote cuando los mercados nacionales e internacionales
les son adversos, sugiere el estudio. Para los hogares rurales, los
huertos forestales representan una buena forma de diversificar y reducir
su exposición al riesgo.
Los huertos forestales son considerados como un tipo de bosque
domesticado, ya que generalmente un cultivo comercial crece bajo la
sombra de los árboles. Los huertos forestales se definen como una etapa
de transición entre los bosques y las tierras agrícolas, ya que los que
dependen de ellos para su sustento pasan de sembrar diferentes cultivos a
especializarse en uno solo en un sistema de monocultivo. Por ello,
estos huertos han sido ampliamente ignorados por los diseñadores de
políticas como una opción que apoye los medios de vida de los pobladores
del bosque.
Además de proporcionar alimentos o ingresos monetarios, los huertos
forestales también suministran otros bienes de subsistencia así como
seguridad social. En general, reducen el riesgo, ya que diversifican los
cultivos. Por ejemplo, en Candelaria Loxicha, el grano de café se
intercala con frutas tropicales, madera, leña y plantas medicinales.
Todos se cultivan bajo la sombra de los árboles que crecen en una
pequeña comunidad de menos de 10 mil habitantes ubicada en la región
costera del estado sureño de Oaxaca en México.
En el caso de Candelaria Loxicha, los huertos forestales de café
surgieron y persistieron gracias a una combinación de factores como
acceso a los mercados, disponibilidad de mano de obra barata, un nivel
relativamente alto de seguridad en la tenencia de la tierra, una
percepción local positiva y buena infraestructura. Además favorecieron
su emergencia condiciones ambientales apropiadas en un lugar donde otras
alternativas de medios de vida como la ganadería no representaban una
opción.
Candelaria es una de las muchas comunidades en el paisaje
latinoamericano que depende de huertos forestales, los que a su vez
dependen de factores económicos, institucionales, sociales y biofísicos,
así como políticas agrícolas para su persistencia o declive.
“Aunque representan una opción para equilibrar la conservación de la
biodiversidad con medios de vida sostenibles en las comunidades rurales
en América Latina, estos sistemas son relativamente frágiles y dependen
de factores externos como los precios del café, cambios en la tenencia
de la tierra y una menor disponibilidad de mano de obra, lo cual podría
resultar en el eventual abandono de los huertos forestales de café”,
dijo Angelsen.
Las percepciones y los valores han sido importantes propulsores de
estos huertos. Al principio, el café cosechado les permitió a las
personas mantener su membrecía en el comité responsable de los recursos
de la tierra, lo que contribuyó a promover esta actividad. Más tarde,
los agricultores de Candelaria Loxicha empezaron a considerarse como
“productores de café”, percepción que continua hasta el día de hoy.
Entre los factores externos se encuentran el Acuerdo Internacional
del Café, que en 1962 fijó el precio y las cuotas de exportación para
los países productores, y el apoyo y la intervención del Estado en las
décadas de 1970 y 1980, lo que alentó a los pequeños propietarios en
Candelaria Loxica a reemplazar las plantaciones de azúcar con cafetales.
“Los huertos forestales no son sistemas milagrosos pero en muchos
contextos representan una buena opción entre las diferentes necesidades
del hogar y entre la producción y la biodiversidad”, sostuvo Angelsen.
“Por ello se les debería reconocer, y las políticas gubernamentales
deberían proteger su flexibilidad y resistencia. El desarrollo no
siempre debería orientarse hacia los monocultivos; de hecho, los
sistemas de huertos forestales desempeñarán un papel importante en el
futuro”.
Este estudio fue realizado en colaboración con la Universidad Noruega de Ciencias de la Vida y la Universidad de Oslo.
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