Recuerdo del inmenso e interminable bosque que fue Galicia en el
pasado remoto, As Fragas do Eume constituyen actualmente el más
importante bosque atlántico costero que se conserva en Europa, una joya
forestal de más de 9.125 hectáreas de naturaleza viva.
Para Atienza, la singularidad
de su botánica, es la que la hace sobresalir, y esto es debido al
conjunto de bosques seminaturales que lo conforman y que acompañan a río
Eume cerca de su desembocadura.
Según la información que facilita
la Xunta de Galicia en su página web, para encontrar otro bosque
semejante debemos ir, por ejemplo, hasta el de Killarney, en el sur de
Irlanda.
De estas Fragas (palabra que en gallego significa
extensión de monte con mucha vegetación) destaca por su espectacularidad
el cañón por el que discurre el Eume, y donde los barrancos llegan a
superar los 300 metros de altura.
Bosque encantado
Algunos
de sus visitantes lo califican de bosque encantado, por la diversidad
de su belleza, su rica biodiversidad, y variedad de flora, donde
predominan los robles o "carballos", los abedules, los castaños, e
incluso los olmos, así como su gran variedad de helechos, supervivientes
de los que hace millones de años poblaban la tierra.
Primaveras
amarillas, violetas azules, narcisos, o anémonas, dan color a esta
vegetación, rica también en la más diversa y variada fauna.
Según
la Oficina municipal de Turismo de Pontedeume, se han catalogado hasta
15 especies diferentes de anfibios, 14 de reptiles, 8 de peces y de
numerosas aves, como el búho real, el tordo gallego, o el halcón.
También conviven unas cuarenta especies de mamíferos, como la matarraña, el raposo, o el lirón.
Situado
a unos 60 kilómetros de A Coruña, as Fragas do Eume fue declarado
Parque Natural en 1997, cuenta con la protección de la Red de Espacios
Protegidos Europeos, y se reparte entre los concejos de Pontedeume,
Monfero, As Pontes de García Rodríguez, A Capela y Cabanas.EFE
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