lunes, 9 de abril de 2012

Brasil: crecimiento como amenaza ambiental



Marcelo Gordo se encuentra en el jardín trasero de una pequeña casa en los suburbios de Manaos, la capital del estado brasileño de Amazonas. Está esperando ver un tamarino calvo, una especie de primate en peligro de extinción.
Estos animales pequeños y omnívoros viven sólo en la selva tropical que rodea a la ciudad. A medida que Manaos se expande, los tamarinos se están quedando atrapados en parches aislados de la selva.
Gordo, investigador de la Universidad Federal del Amazonas, lleva unos 14 años estudiando a estos primates y ya ha encontrado un grupo de ocho que vive en un barranco de la selva que queda detrás de esta hilera de casas.
"Tienen una distribución geográfica muy estricta y en los últimos años han estado perdiendo ese espacio", dice.
"Si estos animales tuvieran una distribución geográfica muy pequeña en otro lugar, donde no estuvieran compitiendo con los humanos, entonces no habría ningún problema. Pero viven justo donde queda Manaos".
Localizada en las profundidades de la selva amazónica, Manaos se ubica en un lugar atípico para una ciudad.
Brilló originalmente cuando se erigió como el centro de la bonanza del caucho alrededor de 1870. Pero una vez comenzaron a desarrollarse plantaciones de caucho en otros lugares, Manaos cayó en una etapa de semioscuridad.
Eso empezó a cambiar en la década de 1960, cuando el gobierno militar, que llegó al poder a través de un golpe de Estado, estaba intentando consolidar su control sobre el país a través del desarrollo económico y tratando de impulsar su control de la región amazónica.
Alentó la expansión de las empresas en el área al ofrecerles exenciones tributarias generosas.

Compañías tecnológicas
Desde entonces, Manaos ha crecido y ahora, gracias a la saludable economía de Brasil, la ciudad vive de nuevo una bonanza.
Su población es de 1,8 millones de personas, casi el doble de lo que tenía en 1990.
Muchas multinacionales de tecnología, como LG, Samsung y Philips, tienen presencia acá y su negocio está aumentando la población aún más.
"No es fácil encontrar empleados con el perfil que nosotros, las compañías, estamos buscando", dice Wilson Perico, el director de la fábrica Technicolor, que produce módems y decodificadores satelitales.
"Por eso, algunas compañías traen expertos de otros estados o países para ayudar a los nuevos, para que desarrollen acá sus actividades".
El incremento en el número de trabajadores generó la decisión de construir un puente sobre el río Amazonas para poder desarrollar proyectos en la ribera del sur.
Inaugurado al final de 2011, el puente Río Negro les dará a los trabajadores más acceso a los llamados barrios dormitorio, donde se están construyendo más viviendas.
No es el único cambio. Manaos será una de las ciudades que albergará encuentros del Mundial de Fútbol en 2014.
Se está construyendo un estadio con capacidad para 40.000 espectadores y hay planes para edificar varios hoteles para los aficionados y turistas.
Los organizadores del torneo prometen que el estadio respetará el medio ambiente, utilizará luces de bajo consumo y recogerá agua de lluvia.

Construcción de calles
Pero incluso con esas credenciales "verdes", la expansión de Manaos sigue siendo una amenaza para el medio ambiente que lo rodea.
Hay pocas calles que conectan la ciudad con el mundo exterior y la mayoría de visitantes llegan por aire o en barco, atravesando el inmenso río Amazonas.
A medida que la ciudad crece, hay preocupación por que se requieran más carreteras. Y hay ecologistas que dicen que al construir calles se puede dañar la selva.
"Buena parte de la tierra que es de dominio público terminará convirtiéndose en propiedad privada como consecuencia de las personas que llegan de manera ilegal", dice PhilipFearnside, un académico estadounidense que vive y trabaja en Manaos desde hace más de 30 años.
"Existe esta presión tremenda sobre la tierra que emergerá cuando se construya cualquier calle", dice.
Manaos simboliza uno de los dilemas que enfrentan los países en vías de desarrollo.
En junio, los líderes de algunos de ellos se reunirán en Brasil durante la conferencia de Naciones Unidas para el desarrollo sostenible, también conocida como Río+20.
La pregunta a la que tratarán de encontrar una respuesta será si es posible generar empleo y crecimiento para erradicar la pobreza sin destruir al mismo tiempo el medio ambiente.

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