Seguir en directo la vida diaria de animales en su medio natural
se ha convertido, gracias a las nuevas tecnologías, en una costumbre y
un entretenimiento para millones de personas. Sólo hace falta un
ordenador para ser testigos de algo tan lejano e inaccesible hasta hace
poco tiempo como, por ejemplo, el nacimiento de un águila calva en los
Estados Unidos.
Las cámaras web o 'webcams', que emiten imágenes en directo a
través de la red, son una potente herramienta de divulgación,
conservación e investigación sobre la vida salvaje para científicos e
instituciones.
Así, una familia de águilas calvas de Iowa (EE.UU),
las 'Decorah Eagles', se ha convertido en un auténtico fenómeno de
internet: la cámara que ofrece imágenes en directo
de la cría y crecimiento de los pollos de águila ha recibido 239
millones de visitas en el último año, ha asegurado a EFEverde Bob
Anderson, el director del Raptor Resource Project, un proyecto para conservar las aves rapaces de EE.UU pionero en el uso de 'webcams' en nidos.
"Estas
cámaras inculcan a las personas el aprecio por las rapaces y la vida
salvaje", ha explicado Anderson. Ver como crecen las aves crea un
vínculo y "una sensación de propiedad y protección" hacia la especie de
su cámara favorita.
Cámaras en España
En
España también existen proyectos similares, como el del Parque del
Garraf (Barcelona), un espacio natural pionero en permitir la visualización por internet -desde el año 2003 con la financiación de Aena- de nidos de águila perdicera.
Estos
proyectos permiten obtener con precisión datos sobre la biología de las
especies sin que sufran molestia alguna, ha dicho a EFEverde Josep
Torrentó, biólogo del parque.
"Al final de cada campaña un
experto analiza todas las imágenes y así sabemos detalles como la dieta
de los pollos o cuándo se producen los relevos en el nido entre el macho
y la hembra", según Torrentó.
Otro objetivo es, según el biólogo,
poder seguir de forma continua los percances de la pareja en el nido,
para detectarlos y solucionarlos "rápidamente."
Detectar problemas en el nido
Esto
se comprobó el año pasado en el nido de águila imperial del Parque
Nacional de Cabañeros (Ciudad Real) que se podía seguir a través de la
web en el marco del proyecto de conservación 'Alzando el vuelo' de SEO/Birdlife.
Según Carlos Hernáez, técnico del citado proyecto, se produjo un caso natural de cainismo, "algo que no se puede ver normalmente y gracias a tener la webcam se decidió actuar y salvar los dos pollos".
El
cainismo es un comportamiento que se desarrolla para ajustar el tamaño
de la pollada a la disponibilidad de alimento; se vio cómo el pollo más
grande atacaba a sus hermanos para expulsarlos del nido. Es un ejemplo
del privilegio que supone poder presenciar desde casa un hecho tan
difícil de observar en la naturaleza.
Hernáez ha explicado que la
webcam de Cabañeros se pensó con un objetivo divulgativo, para dar a
conocer la especie y que la gente contemple desde su propia casa todo el
ciclo vital y reproductivo de un águila imperial.
En este
sentido, Torrentó ha comentado que las cámaras hacen llegar a la gente
"lo que de otra manera no podría ver", y se consigue sensibilizar y
aproximar un poco la vida de las águilas a la población.
De hecho,
en el momento de eclosionar los huevos o de volar el pollo, "hay mucha
gente que viene a verlo a las pantallas de los equipamientos del parque,
se monta un ambientillo como si fuese un partido de fútbol", ha
asegurado Torrentó.
Fortalecer el vínculo entre ser humano y naturaleza
También
muchas personas seguían la vida de las águilas imperiales de Cabañeros,
34.000 visitantes durante la temporada del año pasado. Pero la
naturaleza no se puede controlar, y este año las águilas no han vuelto
al nido en el que habían criado los últimos 15 años.
"Por
desgracia han elegido otro nido cercano, y como es una especies muy
sensible a las molestias, decidimos no cambiar de sitio la cámara", ha
explicado el técnico de SEO/Birdlife.
Los dos no dudan en afirmar
que por encima de las cámaras está "no molestar a las aves". Por eso,
todas las tareas de instalación y mantenimiento se realizan de finales
de verano a diciembre, cuando las aves ya han abandonado el nido.
La
tecnología "es bastante cara" por ser muy específica para el medio
natural. Para cada nido hay que instalar una cámara, cableado, caja de
conexiones, un transmisor, una antena, y un panel solar.
"Pero el
esfuerzo compensa", ha asegurado Hernáez. Ser testigos privilegiados del
mundo natural hace más fuerte el vínculo entre las personas y la
naturaleza. Con este 'Gran Hermano' de las aves, ganan ellas y ganamos
nosotros.
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