miércoles, 4 de abril de 2012

Energía eólica y muerte de rapaces por impacto, ¿alarmismo o realidad?

Biólogos y ecologistas no se ponen de acuerdo a la hora de determinar la cifra exacta de muertes por impacto de la avifauna en parques eólicos, estimada por los conservacionistas entre 6 y 18 millones al año y tachada por otros grupos de poco seria.


Desde la otra pesa de la balanza, el coordinador de Conservación de SEO/BirdLife, Juan Carlos Atienza, afirma que cuando se trabaja con estadísticas es imposible saber el número exacto, pero a su juicio, la muerte de rapaces por las eólicas oscila entre esas cifras (6/18 millones) aunque él asegura estar más cerca del rango inferior que del superior.
Atienza señala que esos datos son el resultado de un estudio presentado en Jerez (Andalucía) en enero pasado, en el que se tuvieron en cuenta varios factores: la mortalidad mínima detectada en los parques, los cadáveres que desaparecen por efecto de la depredación y los detectados por los vigilantes ambientales dependiendo de la vegetación, y la superficie muestreada.
Además, subraya, hay que considerar las muertes que producen los tendidos eléctricos


asociados a los parques eólicos, ya que se ha considerado que estas redes tienen un promedio de 9 kilómetros por parque eólico y una mortalidad mínima detectada de 1,07 individuos por kilómetro.
Teniendo en cuenta estos parámetros, continua, se estimó entre 6 y 18 millones de aves y murciélagos muertos por los 17.780 aerogeneradores instalados en España, unos 2 individuos por molino.
Sin embargo para el biólogo Camiña, el problema de estas cifras radica en la carencia de estudios formales de impacto ambiental necesarios para la autorización de los parques que mejoran el diseño y la ubicación de los mismos, además de la escasez de expertos competentes que sepan analizar datos y de un presupuesto económico adecuado para estas evaluaciones.
Puesta de sol en el parque eólico de Bilbao
Mayor tamaño, más peligro
Las especies más afectadas pero en las que también resulta más fácil contabilizar su muerte son las de tamaño grande (como el de una paloma o más), pero en el caso de las aves pequeñas los especialistas se encuentran con un problema añadido: en las 24 horas primeras de la muerte, el 25 % de los cadáveres desaparecen sin dejar rastro por las especies carroñeras.
"Si ese error en los estudios a pie de parque no se estima, se pueden elaborar datos que no se ajustan a la realidad", agregó.
Camiña asegura que para obtener datos fehacientes hay que trabajar con estimaciones diarias reales a pie de campo y valorar las cifras de cada ubicación.
"Un 10 % de los aerogeneradores, por ejemplo, causa entre el 50 y 60 % de la mortalidad de los buitres leonados en España, la solución pasaría por analizar cada especie, ver cómo vuela y cuáles son sus hábitos además de analizar la ubicación y características exactas de cada molino"
Desde la SEO/Birdlife subrayan que no se trata de alarmismo ni de cargar contra la energía eólica, que ellos apoyan, sino saber que los parques eólicos en sí son peligrosos para las aves y que esas cifras se pueden reducir porque se cuenta con medios para ello.EFEverde

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