martes, 24 de abril de 2012

Las aves marinas juegan un importante papel en la dispersión y biodiversidad de parásitos

La investigación, publicada en Biology Letters, ha hallado que en el Archipiélago de Cabo Verde co-existen múltiples linajes genéticos de esta especie de garrapata.
 ECOticias.
Los investigadores han analizado la diversidad genética de una especie de garrapata (Ornithodoros capensis) en varias especies de aves marinas, entre ellas el alcatraz pardo y la pardela de Cabo Verde, en diversas islas del archipiélago de Cabo Verde.
La investigación, publicada en Biology Letters, ha hallado que en el Archipiélago de Cabo Verde co-existen múltiples linajes genéticos de esta especie de garrapata. Estos linajes de Cabo Verde son, además, genéticamente muy diferentes entre sí. Pero comparten cierta similitud genética con garrapatas que provienen de islas muy distantes del planeta en el Índico, el Pacífico y el Atlántico.
La hipótesis de los investigadores es que esa diversidad genética no puede haberse generado por evolución dentro de las islas a partir de un único linaje de garrapata original sino que tiene que haber sido el resultado de varios eventos de colonización independientes mediados por los sus hospedadores, las aves marinas.
Según han descubierto los investigadores del CSIC, la Universidad de Barcelona, la Universidad de Queen’s (Canadá) y del Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS) en Francia, los diferentes linajes de garrapata no se distribuyen de forma uniforme en las diferentes especies de aves sino que muestran especificidad de hospedador, es decir, cada especie de ave está parasitada por un linaje de garrapata particular.
Eso indica “que la relación entre el parásito y el hospedador probablemente se haya producido en las poblaciones de origen y antes de la colonización de las islas”, explica Elena Gómez-Diaz, investigadora del Instituto de Biología Evolutiva (CSIC-UPF).
Las aves jóvenes transportan parásitos de origen distante
Otro resultado llamativo del artículo tiene que ver con los grandes desplazamientos migratorios de estas aves y su fidelidad a los sitios de cria. Según han mostrado estudios recientes, tanto la pardela de Cabo Verde como el alcatraz pardo son capaces de desplazarse a grandes distancias.
En el caso de la pardela de Cabo Verde, durante la migración se desplaza entre el Archipiélago de Cabo Verde, que está frente a las costas de Senegal, y la costa de Brasil, cruzando todo el Atlántico en ambos sentidos.
No obstante, en la época de cria estas aves son fieles y regresan a las mismas islas para establecer sus nidos. El resultado de esta fidelidad es “cierta estructuración genética en las aves, de forma que las poblaciones del Atlántico son genéticamente muy diferentes a las del Pacifico e Indico”. Esto contradice de alguna forma el hecho de que puedan transportar garrapatas entre islas tan distantes.
“Creemos que son las aves inmaduras, de un comportamiento mas errático en sus movimientos y que no se reproducen, las responsables del transporte de estos linajes de garrapata de orígenes muy distantes al archipiélago”, aclara Gómez-Díaz.
El estudio demuestra que las aves marinas dispersan parásitos a grandes distancias de forma muy frecuente. Aunque la especie de garrapata Ornithodoros capensis no es portadora de ninguna enfermedad, el estudio pone de manifiesto la influencia de aves migratorias para dispersar patógenos y alterar la ecología evolutiva y epidemiología de estos organismos.

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