Un total de 17 crías de lince ibérico, una de las especies más
amenazadas de Europa, han nacido y sobrevivido en las últimas semanas en
el centro portugués de reproducción de Silves, cuyo objetivo es
preservar y reintroducir al felino.
Sólo dos de las 19 crías nacidas desde principios de marzo no
han sobrevivido, según informaron hoy a Efe fuentes del Instituto luso
de Conservación de la Naturaleza y la Biodiversidad (ICNB), del que
depende el programa de recuperación del lince, creado en cooperación con
España.
Según el ICNB, en los últimos días han nacido doce de las crías y los alumbramientos empezaron a principios de marzo.
Todas
están bajo los atentos cuidados del centro de Silves, en el sur del
país, y once de los animales son amamantados naturalmente, aunque en
nidos artificiales, por las hembras Fresa, Flora y Fruta.
Las
camadas de linces se componen normalmente de dos ejemplares, aunque las
últimas nacidas en Silves han sido de cuatro, resultantes del
apareamiento de animales de tres años nacidos ya en cautiverio, la
mayoría en el centro de El Acebuche, en el Parque de Doñana, que los
cedió a Portugal.
Los recientes alumbramientos han llenado de
crías el centro, que durante 2011 vio morir a los cinco primeros
cachorros nacidos en sus instalaciones de madres primerizas.
Sus
responsables están ahora más esperanzados sobre las posibilidades de
desarrollo de las nuevas crías, que darían un gran impulso al plan de
repoblación.
La cría del lince se desarrolla de forma paralela a
la recuperación de los espacios lusos protegidos que habitarán los
felinos cuando puedan ser devueltos a su medio natural.
Centro Silves
El
centro de Silves, situado a unos 250 kilómetros al sur de Lisboa e
inaugurado en mayo de 2009, forma parte del programa hispanoluso para
recuperar la especie y reintroducirla en su hábitat tradicional de la
península Ibérica.
La instalación, equipada con modernas
tecnologías para la reproducción y cría y con una capacidad máxima de 32
ejemplares, ha recibido desde finales de 2009, en diferentes fases, a
16 felinos adultos y tres jóvenes cedidos por España.
Para el
éxito del proyecto, es necesario lograr al menos un núcleo reproductor
de 60 animales (30 machos y 30 hembras) durante las próximas décadas.
Se
estima que en la península Ibérica puede haber ahora de 200 a 300
linces en libertad, aunque en Portugal se considera un animal
virtualmente extinguido.
El último ejemplar luso conocido fue
detectado en la Sierra de La Malcata, junto a la comunidad española de
Extremadura, en 1992.
Con un peso medio de 8 a 12 kilos, el animal
abundaba en el bosque y matorral mediterráneo, pero la degradación de
su entorno y la reducción abrupta del conejo silvestre, su principal
fuente de alimentación, llevó a la especie al borde de la extinción en
el siglo pasado.
Los naturalistas consideran que la desaparición
del felino sería una pérdida irreparable para el patrimonio genético y
la biodiversidad y, en cambio, su reintroducción en el entorno natural
demostraría una mejora medioambiental de la península. EFEverde
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