La primera reproducción en cautividad del sapo partero bético (Alytes dickhilleni) en España se ha producido en el zoológico Bioparc de Fuengirola (Málaga), después de cuatro años de trabajo para conseguirla.
La eclosión de dieciocho huevos se produjo en la sala de alta
bioseguridad del recinto, que está fuera de la visión del público y ha
sido diseñada para evitar la entrada o salida de cualquier organismo
patógeno, ha informado Bioparc en un comunicado.
El agua y los
materiales y desechos que entran y salen son tratados y desinfectados
según los requisitos propuestos por la IUCN (Unión para la Conservación de la Naturaleza) para poder reintroducir los animales a la naturaleza si fuera necesario en el futuro.
Estos
nacimientos se engloban dentro del proyecto de conservación que inició
el parque en 2008 y que comprende trabajos de conservación in-situ (en
su hábitat de origen), ex-situ (en cautividad) y de educación y
divulgación para la población.
Actualmente, Bioparc Fuengirola
mantiene un total de veinte sapos adultos procedentes de una captura
realizada en la naturaleza en 2010, a los que se suman las dieciocho
nuevas larvas, aunque el zoo aún prevé más eclosiones exitosas, ya que
todavía hay cinco machos que continúan portando huevos.
El sapo partero, en grave peligro de extinción
La
población de ese sapo se encuentra en grave peligro de extinción y su
hábitat es tan reducido que comprende, a nivel mundial, tan solo a
Andalucía, Murcia y Albacete.
Las causas que están provocando esta
desaparición son, entre otras, la pérdida de su hábitat, la polución,
la sobreexplotación de los recursos hídricos o las enfermedades
emergentes.
Otro gran problema se debe a su reducida área de
distribución, el cuadrante suroriental de la Península Ibérica,
caracterizado por la escasez de las precipitaciones y la baja
disponibilidad de agua en superficie.
Puestas de entre 20 y 30 huevos
Esta
especie de anfibio, al contrario que muchas otras como el sapo común,
que puede hacer puestas de más de mil huevos, tan solo hace puestas de
veinte o treinta huevos.
En el caso de los sapos parteros, y el
con objetivo de que la reproducción llegue a buen término, los machos
dedican un mayor cuidado a los huevos.
De ahí el nombre común de
la especie, sapo partero, que hace referencia a que el macho ayuda en la
reproducción a la hembra, ya que, una vez que ésta realiza la puesta,
los huevos son fertilizados por el macho, que los portará en sus patas
durante un mes y los liberará cuando llegue el momento de su eclosión.
EFEverde
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