miércoles, 11 de abril de 2012

Suelos contaminados vs biodiversidad

En los vertederos los residuos están en contacto directo con el suelo y cuando llueve, el agua produce lixiviados - al disolver los elementos, tanto orgánicos como inorgánicos
ECOticias.
En España, al igual que ocurre en el resto del mundo, existen multitud de suelos contaminados por distintos motivos. Un caso particular de degradación de suelos lo constituyen los numerosos vertederos de residuos sólidos urbanos que han proliferado en el pasado por todo el país. Estos basureros generan, además, un gran impacto al contaminar las aguas subterráneas y superficiales, que se puede prolongar durante muchos años después de su clausura.
En los vertederos los residuos están en contacto directo con el suelo y cuando llueve, el agua produce lixiviados - al disolver los elementos, tanto orgánicos como inorgánicos, presentes en las basuras- que se filtran y pasan a formar parte del suelo. Estas sustancias contaminantes finalmente se incorporan a la cadena trófica a través de las herbáceas de pasto que crecen en dichos suelos y que son consumidas por el ganado doméstico, las especies cinegéticas y el resto de fauna silvestre.
Una forma de evaluar la calidad de los suelos es estudiar los organismos que viven en ellos. Junto con las plantas, los nematodos son uno de los grupos más utilizados. Estos gusanos microscópicos son un excelente bioindicador porque son muy abundantes -un metro cúbico de suelo puede llegar a contener 30 millones de individuos-, están en todas partes y se recolectan fácilmente. Además, sus comunidades son muy diversas y desempeñan un importante papel en la biogeoquímica del suelo al regular la descomposición de la materia orgánica y la liberación de nutrientes.
Dos investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales y de la Universidad de Alcalá de Henares han examinado la presencia de metales pesados, sales y otros componentes orgánicos en 15 antiguos vertederos de la Comunidad de Madrid sellados hace 20 años. También han analizando la diversidad de plantas y nematodos en el suelo de los mismos y en los pastizales que los rodean. 
Los análisis, publicados en la revista Journal of Environmental Management, revelan la presencia de metales pesados como el cinc, cobre, cromo, níquel, plomo y cadmio en los suelos; sales como cloruros, sulfatos y nitratos en suelos y agua; y elevados niveles de contaminantes orgánicos como hidrocarburos aromáticos y alifáticos, e insecticidas como el lindano, detectados en los suelos.
Este último alcanzó niveles preocupantes, de acuerdo con los valores recomendados para los organismos terrestres. Además, la mitad de las muestras de agua analizada mostraron una valores de demanda química de oxigeno muy altos. También se detectaron trazas de compuestos fenólicos, algunos con elevados niveles de 2-clorofenol y pentaclorofenol.
Jesús Pastor, del MNCN, señala: "Se aprecia una diversidad muy baja de plantas y nematodos, probablemente debido a la presencia de estos contaminantes; de hecho, la diversidad es incluso inferior a la registrada en otros ecosistemas degradados de la zona". Para este investigador "estos factores condicionan la revegetación de estos suelos y la recuperación de las laderas y ecosistemas terrestres de sus áreas de descarga".

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