España importa hoy casi el doble de alimentos que hace diez
años, lo que ha multiplicado las emisiones asociadas al transporte de
esos consumibles, que en ocasiones llegan a recorrer más de 5.000
kilómetros hasta llegar al mercado.
Así lo pone de manifiesto el Informe "Alimentos kilométricos"
que ha sido presentado hoy por la directora ambiental de Amigos de la
Tierra, Liliane Spendeler y por investigadores de las universidades de
Sevilla, Vigo y Pablo de Olavide.
Los expertos han estudiado, en
el periodo 1995 y 2007, la cantidad de alimentos que importa España, el
país de origen, los kilómetros recorridos, el medio de transporte y las
emisiones de CO2 producidas en su importación.
Este análisis ha
puesto de manifiesto que las importaciones de alimentos se han
incrementado un 53% en ese periodo, pasando de 19 millones de toneladas
en 1995 a casi 30 millones de toneladas en 2007.
Las emisiones de
gases de efecto invernadero asociada al transporte de esos alimentos
importados ha crecido un 66 por ciento entre esas fechas, pasando de
2,84 millones de toneladas de CO2 en 1995 a 4,74 millones en 2007.
El
investigador de la Universidad de Sevilla, David Pérez, achaca este
mayor incremento en las emisiones que en las importaciones, a un
incremento de las distancias recorridas por los alimentos, que cada vez
vienen de más lejos, y a los modos de transporte utilizados.
Así,
mientras un alimento recorría 4.253 kilómetros de distancia media hasta
llegar a España en el año 1995, el recorrido actual superaba los 5.000
kilómetros de media en 2007.
El mayor aumento de emisiones
asociadas al transporte de alimentos se debe, también, a que cada vez se
mueven más alimentos por avión y por carretera, medios mucho más
contaminantes que el tren y el barco, que cada vez van perdiendo más
peso.
De entre los alimentos que importa España, los que más
viajan para llegar a nuestras manos son cereales, legumbres, café,
especias, pescados, mariscos y frutas -más de 5.000 kilómetros con sus
correspondientes emisiones para llegar al plato-.
Y es que, aunque
el principal origen de los alimentos que importamos sigue siendo
Europa, cada vez nos llegan más de América Central y del Sur (en la
actualidad, el 39% del total).
De este modo, hasta alimentos
típicamente identificados con la dieta española, como los garbanzos,
cada vez vienen de más lejos -el 87% de México- lo que ha dado lugar a
que la superficie dedicada a este cultivo en España haya disminuido
drásticamente, con el consiguiente efecto negativo en el medio rural, ha
apuntado Manuel Delgado, catedrático de la Universidad de Sevilla.
No
obstante, los ecologistas infieren que el mayor impacto social y
ambiental de las importaciones españolas de alimentos se produce en los
cereales y piensos para alimentar la ganadería industrial.
España
compra más de 14 millones de toneladas de alimento para el ganado del
exterior, la mitad de ellas de soja, procedentes de Argentina y Brasil
donde "la expansión de estos cultivos está dando lugar a la
deforestación de la Amazonía y desplazando comunidades", en lo que la
directora de Amigos de la Tierra ha calificado como "una nueva forma de
colonización".
Spendeler ha subrayado que el actual sistema
industrial y extensivo de agricultura agrava la crisis climática,
alimentaria y ecológica; acaba con la agricultura campesina, familiar y
de pequeña escala que es la que genera empleo y respeta el medio
ambiente".
En esa línea, Amigos de la Tierra exige al Gobierno
español que apoye que la Política Agraria Común (PAC) reoriente el
modelo agrario actual hacia otro más justo y sostenible.EFEverde
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