Veinticinco ejemplares de tortugas autóctonas han sido liberadas hoy en el lago de Banyoles en el marco del programa Life de la Unión Europea.
Cincuenta niños de la escuela local han sido los encargados de
depositar en el agua a estos galápagos europeos Emys Orbicularis, de los
que once cuentan con un radiotransmisor instalado para seguir sus
evoluciones en los próximos meses.
El objetivo de este proyecto,
además de recuperar una especie en peligro de extinción, es acabar con
otras especies exóticas, las que habitualmente se ponen a la venta en
tiendas de mascotas y que, en un elevado número, son abandonadas en
espacios como el de Banyoles cuando crecen.
El galápago europeo es
de tamaño pequeño, coloración negra con manchas amarillas y, en
Cataluña, se encuentra en un estado de amenaza, por lo que está
protegido en España y Europa.
En el poblado neolítico de la Draga,
junto al lago de Banyoles, se han hallado fósiles de esta especie, por
lo que se la considera la propia de la zona.
La actual población
no tiene capacidad de recuperarse y tampoco existen poblaciones próximas
a partir de las que repoblar los espacios perdidos, por lo que los
técnicos consideran clave las sueltas como las de hoy.
El
coordinador técnico del proyecto, Miquel Campos, ha recordado durante la
liberación de veinticinco ejemplares que tanto la Unión Europea como
Generalitat y los ayuntamientos de Banyoles y Porqueres subvencionan
este tipo de iniciativas por la necesidad de conservar la naturaleza
autóctona en espacios protegidos como éste.
Campos ha detallado
que, gracias a los trabajos realizados desde 2010, se han capturado 273
ejemplares de tortugas exóticas, denominadas de orejas rojas y
amarillas, "que son americanas, las típicas que la gente compra en las
tiendas".
Según el coordinador del proyecto, estos especies
invasoras crían con facilidad en este hábitat y, además de ser
portadoras de enfermedades, son agresivas para las autóctonas.
Uno
de los técnicos del Centro de Recuperación de Tortugas, Joan Budó, ha
asistido también a la suelta y ha precisado que los once ejemplares a
los que se ha instalado un transmisor ofrecerán datos sobre movimiento,
crecimiento, adaptación al entorno y grado de dispersión del grupo.
Por
lo que se refiere al peligro con depredadores, Budó ha indicado que el
problema es que los nidos de tortugas se construyen fuera del agua y que
hay mamíferos, como los jabalíes, especializados en localizarlos.
Especies
de peces exóticos como la perca negra suponen también un riesgo para
las crías, así como algún ave e, incluso, las nutrias, aunque en este
caso se trate de casos muy puntuales.
Los ejemplares liberados hoy
en Banyoles provienen del Centro de Reproducción de la Albera a partir
de una decena de tortugas que procedían del río Ter, en la misma cuenca
fluvial que el Lago de Banyoles. EFE
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