El sistema de retorno que obliga a los consumidores a devolver las botellas o latas de bebidas cumple diez años en Alemania y, aunque fue acogido con recelos, ha conseguido triplicar el reciclaje de estos envases y ya es parte de la vida cotidiana de los alemanes.
Desde 2003, al comprar una lata o botella de plástico
desechable de cerveza, agua o refresco los alemanes deben pagar el
"pfand", un depósito de 25 céntimos que sólo recuperarán si devuelven el
envase en un comercio.
Ya sea con una máquina o de forma manual,
todos los establecimientos -desde una pequeño comercio a una gran
superficie- que vendan envases sometidos al SDDR (sistema de depósito,
devolución y retorno) están obligados a recogerlos.
"El reciclaje
de los envases con depósito es del 98,5 %, el triple de lo que conseguía
el punto verde", asegura Thomas Fischer, de "Deutsche Umwelthilfe", la
organización ecologista que presionó para implantarlo en Alemania.
Antes,
todos los envases debían llevarse al punto verde (como el contenedor
amarillo), pero según Fischer, con el retorno consiguen recoger más
materiales -la gente no quiere perder los 25 céntimos de depósito-, y de
"mucha mejor calidad", pues al no mezclarse con otros residuos, son de
una gran pureza.
"El valor del plástico PET es casi el doble que el obtenido a través del punto verde, 530 euros la tonelada", dice Fischer.
Además,
gracias al retorno han desaparecido las latas y botellas de las calles y
de los parques alemanes. Hay personas que incluso se dedican a
recogerlas para conseguir unos pequeños ingresos.
Sistemas de
retorno similares al de Alemania funcionan en más de 40 países y
regiones, como California (EEUU), Dinamarca o Islandia; a España quiere
importarlo Retorna, una asociación formada por ecologistas, consumidores
y sindicatos, y financiada por empresarios alemanes del sector.
Lo
que no ha conseguido el SDDR en Alemania es aumentar la reutilización,
ya que desde 2003, exceptuando las botellas de vidrio de cerveza, el
porcentaje de envases reutilizables ha descendido del 70 al 40 %.
Pese
a este fleco pendiente, Fischer asegura que los pronósticos en contra
del sistema de hace diez años no se han cumplido, por ejemplo sobre el
aumento de costes: según un informe de la consultora PwC, la recogida de
envases con depósito es hasta un 14 % más barata que la antigua gestión
por el punto verde.
Y aunque las grandes superficies se opusieron
por la inversión que debían realizar en las máquinas donde se devuelven
los envases -cuestan alrededor de 15.000 euros-, ya han descubierto un
filón de negocio en el retorno, dice el ecologista de "Deutsche
Umwelthilfe".
Los envases devueltos en las máquinas automáticas de
cada establecimiento pasan a ser propiedad de este, y en 2009, la
cadena de supermercados Rewe ganó 12 millones de euros gracias al
depósito.
"En Alemania existían las mismas presiones y reticencias
respecto al SDDR que hay en España", explica Victor Mitjans,
coordinador de estudios de Retorna.
Al retorno de envases se
oponen los actuales gestores de los residuos, que son los productores
agrupados en los Sistemas Integrados de Gestión (SIG).
Un rechazo
que Mitjans atribuye a que los SIG "no asumen la totalidad del coste de
la gestión de sus residuos", sino sólo de los que van al contenedor
verde o amarillo: "el resto lo pagan los ayuntamientos, los ciudadanos",
critica.
"Los SIG han tocado techo", dice Mitjans, que calcula que sólo el 30 % de los envases van al contenedor amarillo.
Según
Retorna, 28 de los 51 millones de envases de bebidas consumidos
diariamente en España se abandonan, incineran o acaban en vertederos.
Como
solución, proponen complementar los SIG con un sistema de retorno para
el 40 % de los envases que gestionan Ecoembes (envasadores) y Ecovidrio
(vidrio): los de un solo uso de agua, cerveza, refrescos y zumos.
La
ley de Residuos promovida por el PSOE en 2011 abrió la puerta al SDDR,
pero en mayo de 2012 el Gobierno la reformó para que el sistema tan sólo
fuera voluntario.
Ahora, la asociación ha detectado "una brecha"
en la nueva ley de medidas urgentes en materia de Medio Ambiente: "las
Comunidades Autónomas tienen capacidad legal para establecer un sistema
de retorno propio", asegura el presidente de Retorna, Domingo Jiménez
Beltrán.
El ex director de la Agencia Europea de Medio Ambiente,
opina que el SDDR sería "un vector de cambio" para avanzar hacia "una
economía circular que convierta los residuos en recursos".
"Los envases serán en un primer paso reciclables, y en el futuro reutilizables", asegura.
Según
Retorna, la infraestructura asociada al sistema de retorno de envases
de un solo uso permitiría avanzar hacia la reutilización, como se hacía
antes.
Con la mirada puesta en el "residuo 0", que para Jiménez
Beltrán "ya no es una utopía": un futuro en el que no se venda nada que
no sea completamente reciclable, reutilizable o compostable. EFEverde
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