domingo, 6 de enero de 2013

Las grajas, aves que en España anidan sólo en León, descienden hasta la vulnerabilidad

Los ornitólogos han alertado del descenso de grajas en la Península Ibérica, un ave norteña frecuente en Europa pero que, curiosamente y por razones que aún se desconocen, en España, únicamente anida en la provincia de León.

 


Si desde 1996 hasta 2006 la población de grajas en España, es decir en León, iba en aumento -en torno a un 1,3 por ciento de media anual-, entre 2006 y 2011 ha descendido a razón de un 6 por ciento cada año, según un estudio elaborado por la Sociedad Española de Ornitología (SEO-Birdlife) sobre el censo de esta especie.
El coordinador de este estudio, Juan Carlos del Moral, ha explicado hoy a Efe que, si bien esta especie es común en Europa con unos diez millones de parejas censadas, en España su presencia "es escasa", últimamente cada vez más, por lo que "debería estar contemplada como vulnerable en el catálogo de especies amenazadas".
Si en los últimos treinta años la graja tuvo una fase expansiva hasta alcanzar 2.199 parejas en 2006, desde esa fecha hasta 2011 la población se ha ido reduciendo paulatinamente hasta quedarse en 1.399, según dicho estudio cuyo autor es Javier García Fernández.
La reducción de esta subespecie puede deberse a múltiples factores, uno de ellos el envenenamiento que han sufrido por pesticidas y herbicidas, pero también la tala de choperas y alamedas donde suele anidar y la caza aunque ésta en menor medida, ha explicado del Moral.
La graja (Corvus frugilegus) es un córvido de color negro, un ave muy sociable que cría en colonias formando núcleos reproductores de hasta ochenta parejas.
A pesar de su sociabilidad, se trata de un ave que goza de pocas simpatías, como acredita una encuesta realizada en 2006 a la que hace referencia este estudio y donde se pone de manifiesto que más de la mitad de las personas la consideraban como "una especie dañina" sobre todo para la agricultura, pero también para la caza.
Se supone que esta especie norteña cubría hace cuatro o cinco siglos una mayor área de distribución, aunque de ella hay pocas referencias.
Es una de las aves que presenta un área de distribución más restringida en la Península Ibérica y su origen es un misterio.
Fue en un tratado de caza, del siglo XVII, cuando se habla por primera vez de la presencia de unas aves en Aranjuez (Madrid), que pudieran hacer pensar que fueran grajas, pero no se sabe con certeza.
Desde entonces, hasta mediados del siglo pasado, no aparecen escritos que hablen específicamente de la presencia de grajas en España, concretamente en Villoria de Órbigo, Dehesa del Marques de Hinojo y Valdesandinas del Páramo, en la provincia de León, según este estudio.
El primer censo de esta especie en España fue elaborado en 1976, cuando se contabilizaron 1.089 nidos distribuidos en veintidós colonias, todas ellas en la provincia leonesa.
Fue partir de 1993 y hasta 2011 -excepto en 1995, cuando se ha elaborado un censo anual sobre la situación de todas las colonias.
Así en 1993, se registraron 1.420 parejas reproductoras, una cifra que fue en aumento, con algunas excepciones, hasta el 2006, cuando se registraron 2.199 parejas.
A partir de ahí, la población ha ido descendiendo hasta quedarse en 1.399.
La población se concentra en unas pocas comarcas del sureste de la provincia de León, principalmente en el Páramo y en el entorno de las ciudades de La Bañeza y León.
La graja duerme con otras especies, como la grajilla, la corneja y el cuervo.
En León, la corneja y el cuervo son conocidos como grajos, que son distintos de las grajas, de los que se diferencian por el plumaje, el canto y el vuelo. EFE

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