jueves, 17 de enero de 2013

Medio Ambiente investiga daño ecológico en una obra que financia

La Consellería de Medio Ambiente ha abierto una investigación sobre posible daño ecológico en la autovía de Celanova. El gabinete de la Xunta que preside Agustín Hernández ha abierto diligencias contra la UTE Copasa-Extraco que construye la infraestructura y que este mismo departamento de la Xunta financia con una partida de 120 millones de euros. La Secretaría General de Calidad y Evaluación Ambiental de esta misma consellería confirmó en declaraciones a este diario que abrió el expediente informativo al comprobar que la Unión Temporal de Empresas (UTE) estaba “acopiando material inerte” en una zona próxima al río Arnoia de la autovía que construye entre los dos municipios ourensanos.
Los agentes del Servicio de Conservación de la Naturaleza que acudieron a inspeccionar el entierro de los residuos el lunes pasado, fueron alertados por los vecinos que temen que los productos (restos de materiales de la obra como plásticos, aceites y hormigón, según su descripción) puedan ser contaminantes.El gabinete que preside Agustín Hernández sostiene que se puso en contacto con los representantes de la constructora a quienes les comunicó la “obligación” de retirar los residuos, trasladarlos “a los gestores autorizados” y llevar a cabo las “labores de restauración” correspondientes” en la zona afectada próxima a la localidad de Ribeiro, en el municipio de Celanova.
La UTE, sin embargo, resta importancia a este hecho que tilda de “accidente completamente fortuito” y “puntual”. Fuentes próximas a esta Unión Temporal de Empresas sostienen que durante los dos años y medio que llevan construyendo esta infraestructura, cuya inauguración está prevista para este mismo mes, “esta es la primera ocasión en la que ocurre algo así”.
Estas mismas fuentes explican que la recogida de los residuos de la obra se ha realizado puntualmente a través de dos empresas contratadas por la UTE para este fin, Reromas y Serpego —especializadas en recogida de residuos de obras— que van retirando los restos a medida que avanza la infraestructura.
Sin embargo, las mismas fuentes detallan que el lunes “la excavadora explanó de forma accidental el terreno y se llevó por delante las bolsas de plástico” que contenían los residuos. “Fue algo fortuito y que no volverá a ocurrir”, concluyen.
Copasa y Extraco “activaron de inmediato” un servicio para recuperar la zona. Las mismas fuentes consultadas aseguran que el material que están recogiendo desde el martes llenará “dos o tres camiones”. “No son en absoluto contaminantes”, puntualizan para aclarar que se trata “solo de plásticos; se puede decir que está todo solucionado”, precisan.
Los vecinos que dieron la voz de alarma sobre la existencia de la fosa con los restos de la obra ofrecen una versión distinta. Sostienen que “es evidente que hubo un destierro en al menos uno de los laterales de la infraestructura para enterrar ahí los residuos que no solo son plásticos sino restos de hormigón y aceites”. Temen que puedan ser contaminantes por lo que piden una inspección de la misma consellería que ha adjudicado la obra.
Los propios vecinos han solicitado a la Consellería de Medio Ambiente que inspeccione a fondo la infraestructura ante la sospecha de que la UTE hubiera podido realizar “más entierros en otras zonas” y especialmente ante el temor de que resulten “contaminantes”.Advierten, además, de que harán un seguimiento del expediente abierto por la Consellería de Medio Ambiente a las empresas Copasa y Extraco y reclaman una revisión completa de los márgenes de la autovía.
Hernández tiene previsto inaugurar este mismo mes la infraestructura, según anunció el mes pasado, que la Xunta presenta como una “alternativa al tráfico” de la actual carretera N-540 para los desplazamientos entre Ourense y Celanova.La inversión de los 120 millones de euros ene esta obra supondrá apenas la reducción de diez minutos del viaje entre ambas localidades: pasará de 25 a 15 minutos mediante el ahorro de siete kilómetros de carretera.
La autovía dará servicio a los habitantes de los municipios de Ourense, San Cibrao de Viñas, A Merca, Celanova y Verea. Poco más de 120.000 empadronados. Sin embargo, no llegará a la frontera con Portugal contrariamente a lo que reclamaban los grupos de oposición al PP y los comerciantes y otros colectivos de la comarca.
El final de la obra, anunciado para 2012, ha sido constantemente aplazado. La adjudicación de la infraestructura a la UTE Copasa-Extraco fue realizada el 27 de febrero de 2009 por la Consellería de Obras Públicas y Transportes, dos días antes de la celebración de las eleciones autonómicas que desalojaron al bipartito de la Xunta. Con el PP en el Gobierno autónomo, la infraestructura pasó a depender del conselleiro de Medio Ambiente, Territorio e Infraestructuras, Agustín Hernández y fue declarada “de utilidad pública”.
El conselleiro llegó a destacar en una de sus visitas a la obra, que con esta autovía —que tiene una extensión de apenas 18 kilómetros de largo— se demostraba “el compromiso” que mantiene el Gobierno gallego con la provincia de Ourense.

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