La Consellería de Medio Ambiente ha abierto una investigación sobre
posible daño ecológico en la autovía de Celanova. El gabinete de la
Xunta que preside Agustín Hernández ha abierto diligencias contra la UTE
Copasa-Extraco que construye la infraestructura y que este mismo
departamento de la Xunta financia con una partida de 120 millones de
euros. La Secretaría General de Calidad y Evaluación Ambiental de esta
misma consellería confirmó en declaraciones a este diario que abrió el
expediente informativo al comprobar que la Unión Temporal de Empresas
(UTE) estaba “acopiando material inerte” en una zona próxima al río
Arnoia de la autovía que construye entre los dos municipios ourensanos.
Los agentes del Servicio de Conservación de la Naturaleza que
acudieron a inspeccionar el entierro de los residuos el lunes pasado,
fueron alertados por los vecinos que temen que los productos (restos de
materiales de la obra como plásticos, aceites y hormigón, según su
descripción) puedan ser contaminantes.El gabinete que preside Agustín
Hernández sostiene que se puso en contacto con los representantes de la
constructora a quienes les comunicó la “obligación” de retirar los
residuos, trasladarlos “a los gestores autorizados” y llevar a cabo las
“labores de restauración” correspondientes” en la zona afectada próxima a
la localidad de Ribeiro, en el municipio de Celanova.
La UTE, sin embargo, resta importancia a este hecho que tilda de
“accidente completamente fortuito” y “puntual”. Fuentes próximas a esta
Unión Temporal de Empresas sostienen que durante los dos años y medio
que llevan construyendo esta infraestructura, cuya inauguración está
prevista para este mismo mes, “esta es la primera ocasión en la que
ocurre algo así”.
Estas mismas fuentes explican que la recogida de los residuos de la
obra se ha realizado puntualmente a través de dos empresas contratadas
por la UTE para este fin, Reromas y Serpego —especializadas en recogida
de residuos de obras— que van retirando los restos a medida que avanza
la infraestructura.
Sin embargo, las mismas fuentes detallan que el lunes “la excavadora
explanó de forma accidental el terreno y se llevó por delante las bolsas
de plástico” que contenían los residuos. “Fue algo fortuito y que no
volverá a ocurrir”, concluyen.
Copasa y Extraco “activaron de inmediato” un servicio para recuperar
la zona. Las mismas fuentes consultadas aseguran que el material que
están recogiendo desde el martes llenará “dos o tres camiones”. “No son
en absoluto contaminantes”, puntualizan para aclarar que se trata “solo
de plásticos; se puede decir que está todo solucionado”, precisan.
Los vecinos que dieron la voz de alarma sobre la existencia de la
fosa con los restos de la obra ofrecen una versión distinta. Sostienen
que “es evidente que hubo un destierro en al menos uno de los laterales
de la infraestructura para enterrar ahí los residuos que no solo son
plásticos sino restos de hormigón y aceites”. Temen que puedan ser
contaminantes por lo que piden una inspección de la misma consellería
que ha adjudicado la obra.
Los propios vecinos han solicitado a la Consellería de Medio Ambiente
que inspeccione a fondo la infraestructura ante la sospecha de que la
UTE hubiera podido realizar “más entierros en otras zonas” y
especialmente ante el temor de que resulten “contaminantes”.Advierten,
además, de que harán un seguimiento del expediente abierto por la
Consellería de Medio Ambiente a las empresas Copasa y Extraco y reclaman
una revisión completa de los márgenes de la autovía.
Hernández tiene previsto inaugurar este mismo mes la infraestructura,
según anunció el mes pasado, que la Xunta presenta como una
“alternativa al tráfico” de la actual carretera N-540 para los
desplazamientos entre Ourense y Celanova.La inversión de los 120
millones de euros ene esta obra supondrá apenas la reducción de diez
minutos del viaje entre ambas localidades: pasará de 25 a 15 minutos
mediante el ahorro de siete kilómetros de carretera.
La autovía dará servicio a los habitantes de los municipios de
Ourense, San Cibrao de Viñas, A Merca, Celanova y Verea. Poco más de
120.000 empadronados. Sin embargo, no llegará a la frontera con Portugal
contrariamente a lo que reclamaban los grupos de oposición al PP y los
comerciantes y otros colectivos de la comarca.
El final de la obra, anunciado para 2012, ha sido constantemente
aplazado. La adjudicación de la infraestructura a la UTE Copasa-Extraco
fue realizada el 27 de febrero de 2009 por la Consellería de Obras
Públicas y Transportes, dos días antes de la celebración de las
eleciones autonómicas que desalojaron al bipartito de la Xunta. Con el
PP en el Gobierno autónomo, la infraestructura pasó a depender del
conselleiro de Medio Ambiente, Territorio e Infraestructuras, Agustín
Hernández y fue declarada “de utilidad pública”.
El conselleiro llegó a destacar en una de sus visitas a la obra, que
con esta autovía —que tiene una extensión de apenas 18 kilómetros de
largo— se demostraba “el compromiso” que mantiene el Gobierno gallego
con la provincia de Ourense.
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